A veces no nos damos cuenta de
cómo pasa el tiempo delante de nosotros mismos. Pasa como un ente desconocido
que no se detiene. Porque este minuto es único. Podrá haber más minutos, pero
este pasará y de nosotros mismos depende hacer ese minuto inolvidable o uno más
de ese entramado temporal en el que pasamos nuestra vida.
2011 termina hoy. En unas horas
será únicamente fruto del recuerdo que nosotros mismos le demos. Para cada uno
será distinto, porque esa especialidad del tiempo es diferente para cada
persona.
Para mí este año ha estado tan
cargado de cosas que es imposible recogerlo todo en una sola reflexión. Ha sido
el año de empezar de nuevo, el año de cambiar, de lanzarme a la aventura, de
descubrir una parte de mí que no conocía. Solamente 12 meses. Solamente otra
yo.
Vivir cada segundo conforme a mis
instintos ha sido la mejor experiencia de este año. A veces he sentido miedo, a
veces he sentido que me equivocaba, que el suelo desaparecía bajo mis pies,
pero si ahora miro estos últimos 365 días me siento satisfecha con lo que he
hecho. Lanzarme al vacio sin un paracaídas en muchas ocasiones, experimentar
más allá de lo convencional de mi vida anterior y no pararme a pensar estará
bien, estará mal ha sido determinante en mi persona en este año que muere hoy.
El instinto, mi gran amigo ha vencido este a la razón y me siento orgullosa de
ello.
2011 será el año del Erasmus. El
año de la experiencia Glasgow. De aprender a cocinar y a vivir fuera del nido
familiar. Un país extranjero, un idioma distinto, un mundo peculiar, y nuevas e
importantes amistades. Ser consciente de lo que es echar de menos a los seres
queridos que están lejos, y llorar delante de una carta o una caja llegada
desde casa cargada de cosas, pero sobretodo, cargada de sentimientos. Pasar de
sentirte sola los primeros instantes a no querer volver pasados unos meses.
Evolucionar a fin de cuentas.
Sin duda este año ha sido el año
de la amistad, pero de una amistad distinta. Sentir que conoces a una persona
desde hace mucho tiempo, cuando sólo han transcurrido pocos meses desde que
hablaste con ella por primera vez. El mundo ha cambiado y el modo de adquirir una
amistad también. No cambio un café por una pantalla de ordenador, pero a veces
una pantalla de ordenador te puede dar la oportunidad de conocer a la persona
perfecta con la que compartir ese café. Por el contrario otros que conocía de
hace mucho parecen grandes desconocidos ahora.
2011 guardará nombres muy
importantes para mí a partir de ahora. Nombres que espero que guarden también
los años venideros. Descubrí que la familia es también esa que nosotros
elegimos libremente y conseguí “descubrir” más que nunca, a la “hermanita mayor”
que tenía adjudicada.
También volvió a despertar en mí,
la pasión que había adormecido. La política que siempre ha corrido por mis
venas volvió a salir más fuerte que nunca. Una mano inmensamente querida me
salvó de ese letargo en el que me había guarecido y me sacó ese aliento que
tenía guardado para luchar más que nunca por aquello en que creo.
Este año se acaba, pero para mí
se han abierto muchas etapas que no se cerrarán aún. Recordaré 2011 como el año
en que se empezó a escribir otro de los capítulos de mi vida. 2011 se acaba
pero ese capítulo sigue abierto esperando que las letras lleguen como llegará
2012 en unas horas.
Gracias a todas las personas que
habéis entrado en mi vida este año, incluso a los que habéis llegado a mi vida
en estos últimos momentos del año. Algo me dice que vosotros y vosotras
formareis parte de los numerosos capítulos que están por llegar en 2012.
Adios 2011. Welcome 2012.